El solar que ocupa el Mercado Central es un espacio público. Eso quiere decir que es de todos los ilicitanos, del centro y de Carrús, de la ciudad y del campo, del casco urbano y de las pedanías.
El suelo ni es ni ha sido nunca de los placeros. Cualquier cambio de propiedad debería de haber sido consultada no sólo con ellos sino con el conjunto de la ciudadanía. Los placeros que aún permanecen en el edificio disponen de una concesión por un determinado número de años y, como concesionarios, deben de pagar un arrendamiento y hacer frente a los impuestos y tasas municipales. Quienes se fueron al denominado Mercado Provisional renunciaron a su concesión y son inquilinos de la empresa adjudicataria de la ejecución y explotación del proyecto de centro comercial, Aparcisa.
El acuerdo entre el Ayuntamiento y Aparcisa supone que la empresa invertirá 10 millones de euros en la obra que incluirá tres plantas de aparcamiento subterráneo, un semisótano para supermercado, una primera planta para mercado de abastos (frente a los dos actuales) y una segunda para actividades de ocio y restauración.
A cambio de esa inversión, la empresa cobrará durante 40 años los alquileres de los locales comerciales, explotará un parking que será de pago y estará exenta de impuestos y tasas municipales. Además, al cabo de la concesión, dos de las tres plantas del aparcamiento pasarán a su propiedad. Ya no serán tuyas, sino de Aparcisa.
En realidad, dentro de 40 años se escribirá en una escritura de propiedad lo que desde el inicio va a ser una realidad ya que Aparcisa podrá poner a la venta las plazas de aparcamiento de una planta si lo solicita y lo autoriza el Ayuntamiento. Podrá vender una propiedad pública antes de que termine la concesión.
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