Un estudio de la Universidad de Tufts estimó una posible caída de los salarios, el aumento de la brecha salarial y la pérdida de hasta 200.000 puestos de trabajo. Además no se protegen los derechos laborales, promoviendo así la fuga de empresas a aquellas zonas donde éstos sean más bajos. Es por ello que hasta la propia Comisión de Empleo del Parlamento Europeo ¡¡RECOMENDÓ EL VOTO EN CONTRA AL CETA!!
Una vez más la Comisión de Trabajo pone las cosas en su sitio y dice que “El CETA no incluye ningún capítulo que prevea medidas específicas para apoyar a las pymes. Hay actualmente 20,9 millones de pymes en la Unión (el 93 % de ellas con menos de 10 empleados), pero solo el 2,87% exportan fuera de la Unión. Con el CETA se verán expuestas a la brutal competencia de las transnacionales estadounidenses, lo que pone en peligro los 90 millones de puestos de trabajo (el 67 % del empleo total) que generan las pymes.”CETA!!
La Comisión Europea dio unos datos de estimación de crecimiento con el TTIP de entre el 0,3% y el 0,5% de crecimiento del PIB ¡EN DIEZ AÑOS! Lo que supone un pírrico 0,05% anual. O como decía mi abuelo ¡UNA CASTAÑA!
El CETA y el TTIP ofrecen a los inversores extranjeros la posibilidad de demandar a los Estados si éstos establecen normas para la protección de los servicios públicos o inician la reversión de procesos de privatización. Por su parte el TISA, un tratado negocian alrededor de 50 países, persigue abrir el 90% de los servicios a la competencia internacional.
El CETA establece mecanismos como el de la “cooperación reguladora”, que acelerarán el proceso desregulador y dificultarán la introducción de normas de proteccion a la ciudadanía por parte de los gobiernos. Con ello las grandes empresas podrán rebajar los estándares de protección ambiental, de seguridad alimentaria, etc.
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